El diseño de interiores que cura, tiene que ver con el ambiente que se crea dentro de los espacios del sector salud, puede ser una habitación de hospitalización, una sala de infusiones o una área para hacer diagnósticos y esto depende de las decisiones que el arquitecto o diseñador de interiores pueda tomar sobre las pautas de diseño con base en datos científicos.
Un ejemplo de esto, es el uso del color. Actualmente, dentro de la literatura internacional se reporta que el uso del color tiene efectos psicológicos positivos para los pacientes hospitalizados; es una de las maneras más fáciles de modificar un espacio; mejora los pensamientos, sentimientos y comportamiento de los pacientes; ayuda a disminuir la percepción de dolor y, convierte a los espacios hospitalarios, en sitios más acogedores, cómodos y amigables, tanto para pacientes, familiares y equipo de salud.
Dos de los colores que han tenido un mayor efecto positivo con los pacientes, son: el verde y el azul. Según lo que reportan los pacientes es que el color verde lo perciben como un color que promueve la calma y ayuda a cambiar la sensación de institucionalización de los hospitales. Para el caso del azul, es percibido como un color que transmite limpieza, tranquilidad, libertad y paz.
Además, estos dos colores están relacionados con elementos de la naturaleza. Por ejemplo, el verde nos hace recordar el follaje de los árboles, en un jardín o en un campo, mientras que el color azul nos hace recordar el cielo o un cuerpo de agua, como una fuente, un río, un lago o el mar.
Finalmente, al diseñar un espacio para personas que pueden estar pasando por una situación de enfermedad o de recuperación, pensemos en aplicar estos colores, ya sea en un muro, en una obra de arte o en el color de los muebles que ocupan los espacios, para que de esta manera, podamos desarrollar nuevas pautas de diseño interior para hospitales, creando espacios que ayuden a mejorar la experiencia hospitalaria de los pacientes.
